Para Arthur Max, diseñador de producción de Prometheus, visualizar el mundo de la película supuso no solamente crear el paisaje alienígena del planeta al que llega la tripulación, sino también la misma Prometheus, una nave espacial de última generación con increíbles características técnicas, la que dentro de 70 años sería el orgullo de la flota de la Weyland Corporation, y que la tripulación humana de la película consideraría su hogar.

Michael Fassbender no podía creer el esfuerzo que se había invertido en crear los decorados de la nave. “Creo que nunca más voy a ver algo tan impresionante como esto”, exclama entusiasmado. “Recuerdo que uno de los primeros días entré en la nave y sentí que realmente estaba dentro del vehículo. Casi no necesitaba actuar. Y pulsaba todos esos botones y todos funcionaban. El puente es casi como el corazón de la nave, en el que se reflejan todas las constantes vitales. Todo ha sido diseñado a conciencia”.

Idris Elba, que interpreta al capitán Janek, el encargado de pilotar la nave, coincide con él: “Yo sería incapaz de hacer volar una nave espacial aunque de ello dependiera mi vida, pero gracias a los detalles del decorado puedo sentarme ante un panel que funciona de verdad. Aprietas un botón y pasa algo, aprietas otro y pasa algo distinto… Y lo bueno de Ridley es que lo sabe todo acerca de la nave. La ha diseñado en su mente, y por eso es un director tan especial”.

“Hay una gran cantidad de efectos visuales en el metraje, pero siempre intentamos dejar listo de forma práctica lo máximo posible”, revela el productor ejecutivo Michael Ellenberg. “Así, los efectos especiales completan y desarrollan lo que ya existe, en lugar de crearlo todo desde cero. Esa es la diferencia entre permitir o no que la experiencia del futuro sea creíble. La verdad es que hacerlo todo con efectos especiales puede resultar un poco más sencillo, pero en realidad no siempre es más barato. Y si se puede construir algo y permitir que alguien sienta que en la práctica es real, sobre todo cuando se trata de asustar al espectador, mucho mejor”.

El actor Logan Mashall-Green asegura que el diseño de la nave y su distribución ayudan a reforzar las motivaciones que dividen a la tripulación de la Prometheus. “Todo el mundo está ahí vigilando al resto”, confiesa. “Pero también hay unos duetos estupendos, por así decirlo. Están los personajes de Noomi y el mío, que de hecho se apoyan el uno al otro porque están rodeados de gente que no cree en ellos y quiere destruirlos. Y luego están los personajes de Rafe Spall y Sean Harris, y los de Charlize Theron e Idris Elba. En cierto modo, todas las parejas están vigilando al resto. Sin embargo no es una tripulación numerosa. Es una nave grande, pero no necesita a mucha gente para que funcione”.

Michael Fassbender, que interpreta a David, lo resume así: “Algunos están por la paga, otros van en busca de respuestas, otros acuden con la esperanza de desentrañar algún tipo de secreto, y otros simplemente huyen por rencor. Existe toda una serie de relaciones, individuos y motivaciones, y eso es lo que añade intriga a la película antes, incluso, de que se arme todo el fregado”.

El diseñador de producción Arthur Max describe la imagen de alta tecnología de la Prometheus: “La primera película de Alien transcurría en lo que era básicamente un remolcador minero, el Nostromo. Era un vehículo oxidado, rudimentario pero eficaz. En cambio, lo que tenemos ahora es el buque insignia de la flota de la Weyland Corporation. Es lo último. Tiene toda la tecnología que puede pagar su dueño para la exploración espacial. De modo que es la mejor de la flota, no la peor, aunque solamente se trate de una generación anterior”.

La diseñadora de vestuario Janty Yates es la responsable del emblemático traje espacial de Prometheus, el que lleva la tripulación cuando pisa la superficie del planeta. “Todo empezó con una conversación con Arthur, que me enseñó la enorme y fantástica investigación que había llevado a cabo”, recuerda. “Me contó que había un trabajo de diseño conceptual para los trajes espaciales, y que serían uniformes como en Alien. ¡Y entonces llegó Ridley!”

Scott desechó los 16 diseños que Yates había creado, y prefirió que se concentrase en algo mucho más simple. Como cuenta Yates, “Ridley dijo ‘No, no, eso es demasiado exótico; trajes de vuelo y pantalones de camuflaje’. Yo tenía un par de conceptos que a él le encantaron. El guión entero estaba pidiendo a gritos algo prototípico”.

Yates se centró en crear un traje espacial que fuera tecnológico, tanto en lo visual como en la práctica. “Hay un traje interior en el que se supone que están los conductos para controlar el sistema sanguíneo, los niveles de oxígeno y todo lo que ocurre en el cuerpo”. Además de eso, los cascos tienen iluminación propia, así como multitud de pantallas LED que muestran datos telemétricos y atmosféricos, que son obra del departamento gráfico de la película.

Muchos de los complementos del traje también fueron consideraciones prácticas para la producción: “Hay un casquete que tiene conexión de sonido, de modo que no solamente pueden hablar sino que también pueden oír las indicaciones”, explica Yates. “Lo más importante es que está totalmente ventilado, porque Ridley contó que en Alien cundía el pánico cuando los actores estaban más de 30 segundos con los cascos puestos, porque los visores se empañaban con la condensación”.

Según el guionista Damon Lindelof, la importancia del componente humano de la película no se puede subestimar. “Lo más apasionante que hace Ridley, como director, es basar sus grandes ideas en algún tipo de realidad fundamental”, añade. “Lo que mola de esta peli es que no sucede en la Tierra, al menos de forma significativa, y el modo en el que experimentamos el futuro está muy alejado de la Tierra. Se trata más bien de cómo son las personas en esa época, qué experiencias han vivido, en qué cosas piensan. La idea es que, en el fondo, dentro de cien años todos seremos como ahora, pero podría ser que nos motiven ideas distintas, y en ellas se centra la película”

Los otros tipos de tecnología humana desarrollados para la película, quizás los más impresionantes, son los vehículos, que fueron diseñados para que funcionaran. Tanto los veloces quads como los enormes furgones de transporte blindados de la Prometheus son incomparables. “Vamos a llevarlos a Islandia”, comenta riendo Max desde el plató de la película en los estudios Pinewood. El lugar de rodaje que ha escogido el equipo de producción queda muy lejos. “¡Eso sí que va a ser un desafío logístico!”

Pero Max resume así el verdadero desafío del trabajo: “Creo que el público y la tecnología cinematográfica se han ido perfeccionando, y ha habido muchas películas de ciencia ficción [desde que Ridley hizo Blade Runner]. Todo el mundo siente una presión enorme por elevar el listón, y eso es sin duda lo que hemos intentado